Louis Vuitton universal

De pequeña jugaba con el baúl de mi tía. Abría cajones, compartimientos donde guardaba y doblaba un simple trapo blanco que en mi imaginación se transformaba en mil vestidos. Mi tía fue  una persona muy especial, por delante de su tiempo y por encima de cualquier tristeza ya que por algo nació en los felices años 20.

Nosotros de haber vivido en esa época con nuestra formación, el incipiente progreso y avance de esa sociedad nos hubiera mareado doblemente. Por compararlo de alguna manera, sería como si ahora existieran varias empresas del tipo de Apple, y cada una de ellas nos sorprendiera todos los meses con una novedad, si cabe más sorprendente que la anterior.

Mi tía, me contó la historia de aquel baúl. Mi abuelo reciclador y sostenible nato antes de la era Greenpeace, compraba la chapa del barrio de Salamanca en Madrid. La limpiaba, cortaba y estiraba para conseguir hojas limpias y planas de chapa. Una vez que reunía la cantidad suficiente, cargaba una  vieja camioneta Ford  con arranque a manivela y partía hasta la ciudad de Albacete. Allí uno de los más famosos e históricos fabricantes de cuchillos y herramientas de corte de nuestro país, le compraba la materia prima. Aquel fabricante tuvo la idea de crear una nueva ala de negocio para sus fábricas. La creación de baúles de viaje.

Después de visitar la exposición del museo Thyssen de Louis Vuitton y contemplar su trabajo, no he podido evitar la comparación de aquel baúl de mi tía, con el material allí expuesto.

Louis Vuitton  fue un pionero que revolucionó la forma de mover el equipaje. Del clásico baúl de viaje con tapa redonda, introdujo la tapa plana para así permitir almacenar más equipaje encima de otro. Tanto en trenes, diligencias, paquebotes o barcos. Obviamente apostó por la piel y público de lujo, creando igualmente los primeros maleteros para automóviles y porta ruedas. Caso curioso es que los porta ruedas se transformaron con el tiempo en porta pamelas o sombreros de mujer. Un uso que sigue hasta nuestros días.

En el caso del baúl, la comparación del baúl de mi tía y del Louis Vuitton se asemeja bastante. Quitando lo obvio como la piel con el anagrama de Vuitton, el baúl se encuentra forrado de las chapas recicladas de varios colores y motivos impresos. Sujetos con miles de clavos y embellecidos con madera. Por dentro se forra con papel pintado.

Baúl Concha
La inspiración de Louis Vuitton. Lo podéis ver en la tienda de Madrid.

No cabe duda, que aquel fabricante albaceteño, emprendedor y viajero con posibles, tuvo a su disposición un baúl genuino Louis Vuitton. Quién sabe si no lo compró directamente en Paris a mismísimo Louis Vuitton. Para luego recrearlo de forma más asequible para un público que bien no pudiera permitirse un Vuitton, o que preferiría la durabilidad y consistencia de la chapa a la piel.

Chapa o piel

De aquel viaje mi abuelo Juan regreso con un baúl que formó parte del ajuar de mí tía en su boda. Allí recuerdo que guardaba sus sombreros de los años 20 con plumas de actriz de Hollywood, guantes de paseo, abrigos tipo Audrey.

Tras el fallecimiento mi tía, el baúl estuvo guardado en un trastero con algunos libros de mi niñez. Pero cuando se abrió el Rincón de Mamá en Madrid el baúl volvió a viajar, esta vez a la calle Chile. Ahora pasa el día tranquilo, escuchando a nuestras clientas relatar cómo han sido sus vacaciones, sus viajes, sus mejores recuerdos. Y lo que más le gusta, ver cómo va rotando la moda en los percheros, como se va aquel vestido Missoni y viene uno nuevo con corte Chanel. De atesorar moda a contemplarla, seguro que mi Tía estaría feliz con su destino.

Indudablemente sin Louis Vuitton, este baúl no existiría. Sin las innovaciones técnicas y visión de futuro tanto este baúl, como mil cosas cotidianas que no nos hemos parados a contemplar existirían. Cuando un genio, cuando un creador hace cosas para mejorar la vida a los demás, su impronta permanece a lo largo del tiempo. Se perderán sus nombres, su recuerdo pero su obra integrada en nuestra vida, permanecerá para siempre.

Nuestro agradecimiento al Museo Thyssen y mención especial a los grandes diseñadores de la moda, por su aportación a la belleza.

 

 

Valsaín

Visita a Valsaín

Visita recomendada

“A no más de 4 horas a caballo, atravesando con cuidado eso sí el puerto de Navacerrada, te encuentras en casa de la tía. No tiene pérdida, si hay niebla en Valsaín, sigue siempre el olor de la leña. Tu olfato te guiará como el mejor sabueso del abuelo Fernando. Eso sí, una vez allí aunque el frío te sea incomodo, aguanta como debes los honores de la guardia. Luego ya verás dentro de palacio, una vez instalada como los fuegos de las chimeneas y su crepitar te abrazan mientras ves el jardín nevado, desde tu ventana.”

Quién sabe querida amiga, si una carta así se dirigían dos hermanas, para realizar una visita a su familiar, la reina Isabel II. Allí bajo la montaña, se encuentra la Granja de San Ildefonso. Siempre en un lugar privilegiado e idílico, al resguardo del tiempo bisiesto, el temporal y el climatológico. Presenta en estas fechas, aromas de otros tiempos. Con la nieve bajo nuestras botas, podrás recrearte en la visión de la fusión de la belleza pura en el valle de Valsaín.
 

Palacio de la granja de San Ildefonso

Nacido casi al unísono del mismísimo Versalles, sus jardines, monumentos y estatuas guardan más de mil historias. Quién sabe qué decisiones, qué acuerdos o promesas se sumaron al entorno. Y aunque ahora el palacio es un mero monumento, quién sabe lo que le deparará el destino. El Real Sitio de la granja es paciente y sabe esperar, de hecho es un buque que navega entre el tiempo. Y en esta parada de su historia, te brinda el poder subirte por unas horas a lomos de su esencia.
 
Pasear en primavera, verano, otoño o ahora entre las nieves te hace firmar con tu presencia, en el libro de honor al lado de todos los reyes, pasados, presentes y futuros. Y no te preocupes si al pasear; sorprendes a un fauno tocando su flauta bajo una fuente. Quizás esté rompiendo un hechizo y la dama de piedra bajo el agua, empiece a respirar. Obsérvalo en silencio, deja que tu respiración se una a sus notas.

Bien abrigadas, con sombrero Fedora de caza o gorrito de lana, guantes de piel y unas buenas botas de montaña para disfrutar del paseo y siempre al final…taza muy caliente de chocolate.

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ManoloBlahnik

Manolo Blahnik

El pasado domingo 10 de Diciembre de 2017, el club de amigos de El Rincón de Mamá, efectuó una visita a la exposición de Manolo Blahnik

El día gris invernal, hacía juego con el museo de artes decorativas sito en las cercanías de El Real Sitio del Retiro. Hasta allí llegaban las hojas doradas de un otoño empeñado en alfombrar con naturaleza el asfalto de la calle Montalbán. Ante esta bonita escena y haciendo una mínima cola para acceder al museo; entramos en la exposición. Recomendamos llegar antes de las 12 del mediodía para evitar esperas mayores.

El museo divide las dos plantas disponibles de la siguiente forma:

  • Planta Baja- Dedicada íntegramente a Blahnik.
  • Planta Primera – Blahnik comparte exposición, con otra exposición de artículos finlandeses. No es que Manolo Blahnik se inspirara en motivos nórdicos para sus diseños (que podría hacerlo en cualquier momento), si no  es que estamos en un museo de artes decorativas, y nos ofrecen una muestra de objetos cotidianos de la cultura finlandesa.
  • Segunda planta. Puramente museo de artes decorativas. Desde una sala del tesoro con piezas únicas y valiosas, a exposición de distintos objetos cerámicos. Así como una cocina, dormitorio y capilla al estilo de nuestros ancestros. 

Maestro

En cuanto a Manolo Blahnik poco podemos hablar que ya no se conozca. Pero gracias a Vogue España y al museo Nacional de Artes decorativas, vas a tener una oportunidad única, para disfrutar del sueño y del trabajo de un hombre reconocido mundialmente.

Manolo Blahnik siempre ha estado rodeado de belleza. Es un viajero en el pleno sentido de la palabra. Viajero que filma con su creatividad, los distintos matices y momentos que vive en los  tan variopintos rincones de este planeta. Desde la sombra de una palmera que se contornea en la brillante arena de la depiaggia dei Conigli, hasta ese espíritu de un nuevo renacimiento en la quinta avenida.

Nada en su obra es creado por las máquinas, simplemente por esas manos que crean a las máquinas. Huir de la industrialización a favor de la maestría laureada por la experiencia personal y el buen gusto. En España solemos decir “no dar puntada sin hilo”, pero me atrevo a afirmar que Blahnik diría, “depende del hilo, textura, color…”

Artista

En la exposición puedes ver elementos que ya son parte de la historia de la moda contemporánea. La obra de un maestro que inspira e inspirará a nuevos creadores. Influenciado quizás por estar entre los dos mundos que pueblan este, el del pasado y el del presente aunando lo mejor de los dos mundos. Como un gatopardo que utiliza sus uñas para cortar el cuero, para acariciar lienzos en busca de diseños, en enhebrar agujas o blandir cizallas para dar siempre un nombre a su hijo. La palabra calzado se queda corta, como un tacon quebrado a la puerta de un evento extraordinario. Es la extensión de su portadora. La delicada y elegante capa que impide que la piel toque el suelo.

El sueño de un hombre, la realidad de muchas mujeres. ¡Blahnik!